
Pero la muy pilla se muestra además con su nuevo descubrimiento. Es que una amiga del instituto le hablaba de lo lindo que era cuando le ingresaban el pinocho por la otra oquedad cárnica: el agujerito sin fin del ano, y de los placeres que sentía por allí cuando le daban y ella gemía, gritaba perdiendo el control y la conciencia al punto de que no podía parar de gozar.
Cogelona, garchadora y folladora son calificativos insuficientes para describir la fiebre anal que padece esta preparatoriana cuando le llega la noche o ve por la calle un señor como a ella le gusta. Entonces se moja esta raja y toda esa zona de rosados pliegues vaginales se vuelve brillante por la acción de sus néctares vaginales de mujer excitada como si estuviera en celo a la espera del macho alfa con el palo duro y grande que la de un poco de satisfacción sexual.
Y ella hizo la comprobación cientifica con su profesor de universidad, señor grande y grueso, que la partió al medio como queso y la dejó mas caliente queriendo que le den más verga por esa concha que se abre, como vemos en esta foto, la universitaria jovencita.